Los relojes Jaeger LeCoultre son un referente en el mundo de la alta relojería, combinando innovación, precisión y elegancia desde su fundación en 1833 en el Valle de Joux, Suiza.

Esta icónica marca se ha destacado por su dedicación a la excelencia técnica y artística, creando relojes que son auténticas obras maestras de la relojería suiza. Jaeger LeCoultre es conocida por desarrollar complicaciones excepcionales, movimientos internos y un diseño que fusiona tradición y modernidad.

Cada reloj de Jaeger LeCoultre refleja una dedicación impecable al arte relojero, utilizando materiales de la más alta calidad y movimientos de una precisión sin igual. Los detalles minuciosamente trabajados en cada pieza convierten a estos relojes en objetos codiciados por coleccionistas y entusiastas de la alta relojería alrededor del mundo.

Jaeger LeCoultre establece un estándar en la industria, con relojes que son sinónimo de lujo, sofisticación y una historia rica en innovación.

La elegancia de la tradición y la modernidad

Entre sus colecciones más reconocidas, destaca la línea Reverso, un icono de la relojería que nació en 1931 y que se ha convertido en un símbolo de diseño y versatilidad. Su característica caja reversible fue creada para proteger el reloj durante los partidos de polo, y con el tiempo, se ha convertido en un sello distintivo de la marca, combinando elegancia y funcionalidad en una misma pieza.

El Reverso no solo es un reloj, sino una obra de arte que representa la fusión perfecta entre la tradición y la innovación. La capacidad de personalización y el trabajo artesanal que se pone en cada reloj aseguran que cada pieza sea única y excepcional.

Alta complicación y precisión

Comprar un reloj Jaeger LeCoultre supone, además de adquirir un diseño icónico, obtener una marca dominante en la creación de relojes con complicaciones. La colección Master, por ejemplo, alberga complicaciones como el tourbillon, repetición de minutos y cronógrafos de altísima precisión, lo que sitúa a la marca entre las más innovadoras del sector. Estas piezas son el resultado de décadas de investigación, desarrollo y experiencia en la fabricación de movimientos internos.

La capacidad de Jaeger-LeCoultre de fabricar todos sus componentes en sus propios talleres, desde los movimientos más simples hasta los más complejos, garantiza la máxima precisión y calidad en cada reloj.